Hace unos días creo que de nuevo he tenido la suerte de encontrarme con un nuevo asteroide, aunque como sabéis eso hay que decirlo con cautela, porque con el paso del tiempo y tras conseguir datos más precisos sobre su órbita, puede ser relacionado con un asteroide ya conocido.
La verdad que con éste me he dejado la vista para poder encontrarlo, con una magnitud cercana a 21, está ya al límite de lo que puedo capturar y medir con mi equipo. De hecho en la segunda noche, como aquí estaba nublado, me animé a recuperarlo con uno de los telescopios robóticos remotos en NM de la red GRAS, donde a pesar de contar con un tubo con más abertura y lo que se supone es un gran cielo, me costo tambien bastante poder localizarlo y medirlo. Después ya he podido medirlo desde mi observatorio con más facilidad durante varias noches, ya que en este caso el asteroide aún no ha pasado por su punto de oposición y máximo brillo, por lo que de momento va a más.
Hoy en día ya no tienen mucha relevancia estos descubrimientos, ya que los telescopios profesionales que se dedican a ello, y no digamos los que van a comenzar a funcionar dentro de poco, descubren y miden decenas de miles de ellos cada mes, pero siempre te queda ese placer que mueve nuestra afición de poder contemplar cosas nuevas, y de paso pelearte con equipos infinitamente mejores que el tuyo intentando ser el primero 🙂
Aún se han procesado muy pocas medidas para tener una idea de su órbita, pero parece ser que su brillo seguirá aumentando hasta mediados del més que viene, bajando de mag. 20, por lo que espero poder seguirlo durante un tiempo.
Una cuestión, ¿cómo lo descubriste?
Tengo entendido que la mayoría de descubrimientos son por azar.
Bueno, en mi caso no es precisamente al azar, la verdad es que hago tomas en zonas del cielo donde en más fácil encontrar nuevos asteroides, y dedico muchas horas de observación para encontrarlos, muchas veces sin ningún éxito.